Las bebidas gaseosas dietéticas se consumen cada día más, sobre
todo por quienes siguen un plan de alimentación para perder peso corporal. Pero
según las evidencias, estas bebidas no son tan seguras como se cree, ya que
“las apariencias engañan” y “no todo lo que brilla es oro”
1- Estas bebidas no son nutritivas, ya que están constituidas por
agua carbonatada, edulcorantes artificiales (aspartame, sacarina, sucralosa,
ciclamato y acesulfame-K) o naturales (estevia), colorantes (caramelos,
antocianina), saborizantes y otros aditivos artificiales (cafeína, benzoato de
sodio, ácidos cítrico, málico y fosfórico). Estos ácidos se asocian con el
riesgo de caries dental. En algunos casos, una lata de gaseosa endulzada con
estevia podría contener hasta 5 cucharaditas de azúcar con un aporte de 100 calorías.
2- Aumentan el riesgo de obesidad, diabetes, síndrome metabólico y
depresión. Estas bebidas al carecer de azúcar, disparan procesos neurofisiológicos
que mantienen al organismo con sensación de hambre, motivación para comer, provocando
un mayor consumo de alimentos y energía, que contribuye a la ganancia de peso
(OPS/OMS, 2016).
3- Aumentan el riesgo de osteoporosis. Las mujeres mayores de 60
años ya tienen mayor riesgo de sufrir osteoporosis que los hombres, y según los
investigadores de la Universidad de Tufts, beber gaseosas regulares o
dietéticas, agrava este problema. Las mujeres que bebían gaseosas tenían casi
4% menor densidad mineral en los huesos de sus caderas que las mujeres que no
bebían gaseosas.
4- Mayor riesgo de enfermedad renal crónica (ERC). Un análisis de
las dietas de más de 15 mil personas, reveló que quienes consumieron más de
siete vasos de gaseosas dietéticas por semana tuvieron un riesgo casi el doble
de sufrir ERC, comparados con aquellos que tomaban menos de un vaso por semana
(Clin J Am Soc Nephrol. 2017). Este efecto es atribuido al alto contenido de
ácido fosfórico, que aumentaría la carga ácida del riñón. Otros estudios
revelan un mayor riesgo de padecer cálculos renales.
5- Según investigadores de la Universidad de Miami y la
Universidad de Columbialos aficionados a la gaseosa dietética tienen un 43% más de probabilidades de experimentar un infarto cardíaco o derrame cerebral que aquellos que no las beben.
Entonces, ¿por qué sigues jugando con este veneno?
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