La obesidad
infantil es una pandemia de etiología multifactorial difícil de tratar, debido
a que se caracteriza por un aumento en el número de células grasas (“obesidad
hiperplasica”). ¡Uno de cada tres niños tiene sobrepeso / obesidad! La
alimentación es una conducta aprendida; y es la madre, quien le enseña al niño
a comer.
Este proceso comienza durante el embarazo, continúa con la lactancia materna, y se establece en los primeros años de vida; modificándose muy poco en la edad adulta.
Por lo tanto, la madre influye notoriamente en la génesis de la obesidad infantil:
Este proceso comienza durante el embarazo, continúa con la lactancia materna, y se establece en los primeros años de vida; modificándose muy poco en la edad adulta.
Por lo tanto, la madre influye notoriamente en la génesis de la obesidad infantil:
1- Genética. Se
estima que si ambos padres son obesos, la probabilidad de que un hijo sea obeso
es de 80%; un 40% si solo uno de los padres es obeso; y un 15% cuando ninguno
de los progenitores es obeso.
2- Hábitos
alimentarios. La madre juega un papel determinante en el patrón alimentario de
la familia, ya que ella está relacionada directa o indirectamente con la
selección y forma de preparación de los alimentos; una conducta aprendida en el
hogar, que se transmite de una generación a otra.
3- Alimentación
durante el embarazo. El consumo de alimentos ricos en azúcares (dulces,
gaseosas, maltas, jugos, licuados, etc), comidas rápidas, embutidos, frituras, panes, cereales
refinados y postres, causan una ganancia excesiva de peso de la madre y del
bebé. Pero también una alimentación deficiente aumenta el riesgo de tener niños
prematuros, quienes tienden una mayor probabilidad de desarrollar obesidad.
4- Lactancia
artificial y ablactación temprana. La falta de lactancia materna, el uso de
fórmulas lácteas substitutas y la introducción temprana (antes de los 6 meses
de edad) de cereales, compotas y jugos azucarados, crea un ambiente obesogénico
para el niño.
5- Conducta de la
madre. En la edad preescolar la madre es quien le sirve los alimentos al niño,
decidiendo qué cantidad su hijo necesita; y muchas veces, lo obliga a
terminarse toda la comida del plato, favoreciendo el almacenamiento de grasa
corporal. Según algunos estudios, el 90% de las madres perciben a sus niños
obesos, como “niños saludables” o de pesos “normales”; y esta actitud
distorsionada de la imagen corporal le impide reconocer el problema de la
obesidad tempranamente.
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