La UNESCO, reunida en Nairobi (Kenia) el 16 de noviembre del año
2010, declaró a la dieta mediterránea como "Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad", debido a sus múltiples beneficios para la salud. Esta
dieta se caracteriza por el consumo de aceite de oliva como principal fuente de
grasa, elevado consumo de frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos
y cereales integrales; un consumo moderado de vino, aves (pocas veces a la
semana), pescado, huevo, queso de oveja y yogur; carne de res, pocas veces al
mes; y un bajo consumo de alimentos procesados, cremas y bebidas azucaradas. El
estudio PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea) es un ensayo multicéntrico
realizado en España, durante 5 años, en una población de 7, 447 personas (55-80
años de edad), sin enfermedad cardiovascular previa, que tenían diabetes
mellitus tipo-2, o al menos tres de los siguientes factores de riesgo:
tabaquismo, hipertensión, niveles elevados de colesterol-LDL
("malo"), disminución del colesterol-HDL ("bueno"),
obesidad o sobrepeso, o una historia familiar de enfermedad coronaria
prematura. Los participantes fueron asignados de manera aleatoria a una de tres
dietas: dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra virgen
(1litro por semana), dieta mediterránea suplementada con frutos secos (1 onza
de frutos secos por día: 1/2 oz de nueces, 1/4 onza de avellanas y 1/4 onza de
almendras), o una dieta control baja en grasas totales (recomendada por la
Sociedad Americana del Corazón). Beneficios cardiovasculares:
1- El riesgo de sufrir un evento cardiovascular primario fue 30%
inferior en el grupo suplementado con aceite de oliva, y 28% inferior en los
suplementados con frutos secos.
2- El grupo de intervención con dieta mediterránea suplementada con frutos
secos tuvo un 46% menos riesgo de padecer una enfermedad arterial periférica.
3- El grupo suplementado con frutos secos presentó un 40% menos
riesgo de padecer fibrilación auricular.
4- Los grupos
suplementados con aceite de oliva extra
virgen o frutos secos presentaron un riesgo 40% y 18% menor, respectivamente, de
padecer diabetes tipo 2; y la probabilidad de desarrollar retinopatía diabética se redujo un 40%.
5- Ambos grupos de intervención con dieta mediterránea, tuvieron
niveles más bajos de colesterol
total, glucosa sanguínea y presión arterial.
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