¿Es la sal la única culpable de la hipertensión arterial?

La prevalencia mundial de hipertensión arterial ("el asesino silente") es superior al 26%, y se estima que para el año 2025, aumentará a un 30%. La hipertensión es un problema de salud pública, tanto en países industrializados, como en vías de desarrollo, debido a su asociación con las enfermedades cardiovasculares. La prevalencia varía según edad, sexo, raza, estilo de vida y el consumo de sodio (sal de cocina), potasio y magnesio.  El exceso de sal (cloruro de sodio) es una causa importante de hipertensión arterial, debido a que el sodio retiene líquidos en los vasos sanguíneos; y la presión arterial depende, tanto del volumen sanguíneo, como de la elasticidad de las arterias (reducida con el envejecimiento y la arterosclerosis). La principal fuente de sal no es el salero de la mesa; sino aquélla que se halla oculta en papitas, comidas rápidas, catchup, carnes frías, alimentos enlatados, gaseosas, etc. El consumo de sal aumenta la presión, tanto en sujetos hipertensos como en los no hipertensos; quienes son sensibles a la sal, debido a una mutación genética, que provoca una reducción de la capacidad del riñón para eliminar el sodio por la orina. Se estima que la mitad (51%) de los pacientes hipertensos, y una cuarta parte (26%) de los sujetos no hipertensos tienen sensibilidad a la sal (Curr Hypertens Rev. 2015 ; 11(1): 49–56). La hipertensión se debe más, a un desbalance de electrolitos (elementos con carga eléctrica) en los líquidos corporales: exceso de sodio, y déficit de potasio (American Journal of Physiology - Endocrinology and Metabolism Abril 2017; 312: 4). La falta de potasio eleva la presión, porque interfiere con la eliminación renal de sodio. Por lo tanto, los hipertensos, además de restringir la sal, deben aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio, tales como: guineo, naranja, mango, melón, albaricoques, aguacate, batata, papas, vegetales de hojas verdes, etc. También, la deficiencia de magnesio (relajante de las paredes arteriales) puede aumentar la presión. Este nutrimento abunda en: cacao, leguminosas, nueces, aguacate, frutos secos, plátano, vegetales de hojas verdes, etc. Otros factores asociados a la hipertensión son: alcohol, tabaco y café en exceso; igual que, el azúcar, como sugieren estudios recientes; la obesidad, el sedentarismo y el estrés.

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