El pasado 9 de
marzo se celebró el Día Mundial del Riñón, y el tema: enfermedad renal y
obesidad. El sobrepeso y la obesidad constituyen la antesala de la enfermedad
renal crónica (ERC), un problema creciente a nivel mundial, cuya prevalencia
estimada es cercana al 10%); y la mayoría de las personas que están en fases tempranas
no tienen conocimiento de su existencia, pudiendo evolucionar a la
insuficiencia renal terminal, si no reciben ningún tipo de intervención. La
diabetes mellitus es la
principal causa de ERC; y junta con la hipertensión
arterial explican el 50% de los casos. Se estima que para el año 2030 la
obesidad podría afectar a 6 de cada 10 mujeres, y a 7 de cada 10 hombres. El
riesgo de padecer ERC se relaciona con el Índice de Masa Corporal o IMC (peso
en Kg/cuadrado de la estatura en metros): aumenta un 87% en los sujetos con
sobrepeso (IMC=25-29.9 kg/m2); 3.5 veces en la obesidad grado-I (IMC= 30-34.9
kg/m2); 6 veces en la obesidad grado-II (IMC= 35-39.9 kg/m2), y 7 veces en la
obesidad grado-III (IMC mayor o igual a 40 kg/m2).
La obesidad es un
potente factor de riesgo de enfermedad renal, porque incrementa el riesgo de
padecer diabetes, hipertensión y cálculos en el riñón, tres de las principales condiciones responsables de la ERC. La obesidad, por sí sola, es capaz de aumentar la demanda
funcional renal porque incrementa la masa corporal sin el correspondiente
aumento en el número de células renales; lo cual requiere como adaptación, de
un mayor flujo sanguíneo y un aumento de la filtración glomerular, responsable
de la microalbúmina en la orina, independiente del desarrollo de diabetes e
hipertensión. El abordaje terapéutico de la ERC asociada a obesidad incluye: dieta
hipocalórica, modificaciones del estilo de vida (ejercicio físico regular),
fármacos antihipertensivos que bloqueen el sistema renina-angiotensina
(IECA o ARA), y tratamiento hipolipemiante. La pérdida de peso reduce la proteinuria porque
controla la presión
arterial; mejora el control
lipídico y la sensibilidad de la insulina; ademas, controla
la glucemia en los pacientes diabéticos, y reduce los niveles de leptina. ¡Un nuevo
motivo para prevenir la obesidad!
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