El azúcar de coco (azúcar de palma de coco o cristales de coco) se ha promovido en los últimos años como un substituto saludable del azúcar refinada de caña, debido a que tiene un "mejor" sabor, es más natural y menos procesada. Además, por su bajo índice glucémico (35%), eleva menos la glucemia, controla mejor la diabetes y los triglicéridos.
Según el Instituto de
Investigación en Nutrición y Alimentos de Filipinas, el azúcar de coco es rico
en cinc, hierro, calcio, antioxidantes
(polifenoles, flavonoides y antocianidinas) e inulina (un prebiótico que
favorece el crecimiento de las bacterias intestinales buenas o
bifidobacterias). Sin embargo, para beneficiarse de estos nutrimentos, se necesitaría
consumir una tonelada de azúcar.
El azúcar de coco se obtiene, hirviendo (a
temperatura moderada) la savia de los botones de las flores del coco (no del
fruto, como piensan algunos), hasta lograr la evaporación de la mayor cantidad
del agua que contiene, y formar cristales de color caramelo, con un sabor
similar al azúcar crema. La mayor cantidad del azúcar de coco (70-79%) es
químicamente idéntica al azúcar blanca; y el resto está constituido por glucosa
y fructosa (componentes del azúcar
común). En tal sentido, la reconocida dietista canadiense Leslie Beck (Toronto)
coincide con la Asociación Americana de Diabetes (ADA), al considerar que,
desde el punto de vista nutricional, existe muy poca diferencia entre el azúcar
de coco y el azúcar de mesa; ya que contienen igual cantidad de hidratos de
carbono, y aportan la misma cantidad de energía (4 calorías por gramo o 16
calorías por cada cucharadita de 4 gramos). Es importante destacar que el
azúcar de coco no es un "superalimento". Este azúcar es tres veces
más caro, aunque algunos mercaderes lo mezclan con azúcar de mesa.
Una nueva guía de la Organización Mundial de la Salud (15,
septiembre, 2016) recomienda reducir la ingesta de azúcar (blanca, crema,
azúcar de coco, miel, jarabe de arce o néctar de agave) a menos del 10% de las
calorías diarias; y una
restricción adicional (a menos del 5%), proporcionaría mayores
beneficios para la salud: disminuyen los triglicéridos, aumenta el
colesterol-HDL ("bueno"), se reduce el riesgo de obesidad,
enfermedades cardiovasculares y caries dental.
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