La vitamina D es una vitamina liposoluble
abundante en su forma natural en el hígado de algunos pescados grasos (y sus
aceites) y, en menor cantidad, en la mantequilla y yema de huevo. Solo un 10%
de esta vitamina proviene de la alimentación; pues la mayor cantidad se obtiene
por acción de los rayos ultravioleta del sol sobre el colesterol de la piel;
para lo cual es suficiente una exposición solar breve y casual de los brazos
(¡20 minutos diarios!).
Una vez ingerida o sintetizada en la piel, la
vitamina D necesita ser metabolizada en el hígado y en el riñón para
convertirse en su forma activa (calcitriol), responsable de numerosos
efectos endocrino-metabólicos:
1.- La vitamina D regula el metabolismo del
calcio y del fósforo, favoreciendo el desarrollo de huesos y dientes. Su
deficiencia leve-moderada aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas óseas;
y el déficit severo causa raquitismo (en los niños) y osteomalacia (en los
adultos). Los grupos con mayor riesgo de deficiencia incluyen: envejecientes,
obesos y personas de piel negra, por una menor síntesis de esta vitamina en la
piel; niños y discapacitados, por su pobre exposición solar; enfermos de
malabsorción intestinal (menor absorción de la vitamina), insuficiencia
hepática o renal (pobre activación); y los habitantes de grandes urbes, porque
las grandes edificaciones y el smog bloquean los rayos ultravioletas.
2.- Como hormona, el calcitriol regula la expresión
de 3% del genoma humano.
3.- Su deficiencia se asocia con mayor riesgo
de padecer enfermedades autoinmunes (diabetes mellitus tipo-1, esclerosis
múltiple, enfermedad inflamatoria intestinal), diabetes tipo-2, cáncer de
colon, Alzheimer, Trastornos por Déficit de Atención, Síndrome del Espectro
Autista, enfermedades infecciosas, etc.
4.- El déficit de vitamina-D en los primeros
meses de vida, en niños con riesgo de desarrollar diabetes tipo-1, aumenta la
probabilidad de desarrollarla en los años posteriores.
5.- Según estudios prospectivos, los niveles
bajos de vitamina D se asocian con mayor riesgo de padecer diabetes tipo-2;
pero la suplementación con esta vitamina no disminuye el desarrollo de esta
enfermedad ni mejora su control.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) establece unos requerimientos diarios de
vitamina D de 400-800 U.I., según edad y grupo de riesgo.
Comentarios
Publicar un comentario