En estudio reciente, publicado en Stroke el 5
de enero, se llevó a cabo por un equipo dirigido por Yasuhiko K. y
colaboradores. en Osaka University Graduate School of Medicine, Japón,
Señalando que varios informes anteriores han demostrado que la falta de
desayuno se ha asociado con una mayor prevalencia de la obesidad, la
hipertensión, la dislipidemia y la intolerancia a la glucosa, que son factores
de riesgo conocidos de enfermedad cardiovascular.
Para el estudio, se pidió a 82,772 hombres y
mujeres de 45 a 74 años sin antecedentes de enfermedad cardiovascular o cáncer
fueron seguidos entre 1995 y 2010. Durante los 15 años de seguimiento, hubo un
total de 3772 golpes (1051 hemorragias cerebrales, 417 hemorragia subaracnoidea
y 2286 infartos cerebrales) y 870 casos de cardiopatía coronaria.
El análisis multivariable mostró que los
participantes que no comieron el desayuno tenían un mayor riesgo de enfermedad
cardiovascular y accidente cerebrovascular, así como un riesgo particularmente
alto de hemorragia cerebral, en comparación con aquellos que consumen el
desayuno todos los días.
Tras señalar que el principal factor de riesgo
de hemorragia cerebral es la hipertensión, especialmente un aumento de la
presión sanguínea en la mañana, los investigadores señalan que en el estudio
actual los que tienen el desayuno todos los días eran menos propensos a tener
presión arterial alta que aquellas saltarse el desayuno, aunque esto no fue
significativo.
También informan que varios estudios
anteriores han demostrado que la hemorragia cerebral se produce con mayor
frecuencia en la mañana que durante el resto del día, y otros estudios han
informado de reducciones en la presión arterial al comer el desayuno. Un grupo
ha sugerido que saltarse el desayuno estaba asociado con hiperactividad del eje
hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, debido a un período de ayuno más largo, lo
que lleva a la presión arterial elevada en la mañana.
“Este efecto de la ingesta de desayuno en la
presión arterial en la mañana podría ser uno de los mecanismos del resultado
del presente estudio,” especulan los autores. Otra teoría es que los que omiten
el desayuno tienen hábitos poco saludables de forma general.
¡A desayunar!
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