En un estudio reciente se determinó que las
personas con diabetes tipo 2 son más de tres veces más propensos a tener dolor
en los tendones que aquellos sin la enfermedad, conocida como tendinitis. Y las
personas con tendinopatía diagnosticados tienen 30 por ciento más
probabilidades de tener diabetes no diagnosticada.
La tendinopatía es un problema por dos razones
fundamentales, según expresan estos autores, por la sensación de dolor durante
los movimientos de carga para el tendón y por la interrupción de la actividad
física por un tendón doloroso.
La tendinopatía se refiere a las lesiones y la
inflamación de los tendones, los tejidos blandos que conectan los músculos a
los huesos, por lo general debido al uso excesivo o movimientos repetitivos.
Tener tendones lesionados puede hacer que sea difícil de seguir con los
programas de ejercicios, que son esenciales para el manejo de la diabetes.
El equipo de estudio también encontró que las
personas con diabetes son más propensas a tener tendones engrosados, que a
menudo se ve en la tendinopatía. Las personas con tendinopatía y con
diagnóstico de diabetes generalmente se les había diagnosticado la enfermedad
mucho antes que las personas sin problemas en los tendones.
La recomendación de algunos fisioterapeutas es
que sea cual sea el ejercicio que se va a tomar, usar el sentido común, y
comenzar lentamente, no lanzarse con demasiada agresividad en los programas de
ejercicio para evitar lastimarse, hacerlo de una manera progresiva.
Los autores también señalaron que un buen
control de los niveles de azúcar en la sangre puede reducir al mínimo el
aumento del riesgo de tendinopatía en personas con diabetes.
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