Sería muy difícil recomendar cuál es el peor de estos males, ya que, sal
y azúcar, juntos con las
grasas saturadas constituyen la llamada "tríada de la muerte".
Veamos las evidencias:
La Organización Mundial de la
Salud (OMS, marzo 2015)
recomienda no sobrepasar el 5% de nuestra ingesta
energética a partir de azúcares (6 cucharaditas /día). Sin embargo, se consume mucho más (6%-36%!), principalmente en bebidas
gaseosas, jugos industrializados y caseros. El exceso de azúcar causa caries dental, mal desarrollo del esmalte, erosión dental y enfermedad periodontal, con un costo sanitario mayor que el
tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la osteoporosis.
Según la revista British Medical Journal (enero, 2012), el exceso de azúcar también se relaciona con
obesidad y mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
En octubre del 2013, la revista American Journal of Clinical Nutrition publicó una investigación realizada por la Universidad de
Harvard, confirmando que el consumo de bebidas azucaradas (incluyendo bebidas
deportivas) promueve la ganancia de peso en niños y adultos. Según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, estas bebidas se asocian con 180,000 defunciones por
enfermedades crónicas en adultos
cada año (6,000 causadas
por cáncer); y mayor riesgo de padecer enfermedad
cardiovascular y diabetes tipo 2.
En relación a la sal, la
Agencia Española de Seguridad
Alimentaria y Nutrición (AESAN) considera
que si la población reduce su consumo
actual de 10 gramos / día de sal, hasta 5 g,
se evitaría, cada año, 1.7 millones de
muertes (2.5 millones, según la OMS), 20.000 accidentes
cerebrovasculares y 30.000 eventos cardíacos. Del mismo modo, el exceso de sal se asocia con 45% de los
infartos y 50% de los ictus, a causa de la hipertensión arterial.
Según la revista New England Journal of Medicine (febrero,
2010), reducir el consumo de sal a 3 gramos diarios, tendría el mismo beneficio que eliminar el
tabaquismo. Un metaanálisis (2013)
demostró una relación lineal entre un mayor consumo de sal y
el riesgo de cáncer de estómago; y una revisión sistemática (abril, 2013) concluyó que reducir la ingesta de sal hasta no más de 3 gramos al día, mejora la salud y reduce los gastos
sanitarios.
Comentarios
Publicar un comentario