La adolescencia es el periodo de los 13 a los 19 años, que se caracteriza por ser etapa de transición entre la niñez y la adultez e implica una serie de cambios físicos y psicológicos. En esta etapa, los jóvenes parece que no oyen y que no hacen caso a los adultos y familiares. La adolescencia es un momento crucial en la vida de los jóvenes y hay que respetarlos. Puesto que la adolescencia trata básicamente sobre cómo encajar y ser aceptado por su grupo de iguales, el hecho de padecer diabetes puede hacerle sentir diferente, ya que tiene que hacer cosas (poner insulina, hacerse controles, etc) que el resto de sus compañeros no hace.
El proceso de adaptación a la enfermedad se desarrolla a través de distintas fases:
- Negación, es un mecanismo de defensa para amortiguar el dolor de la noticia , es mejor decir “no es verdad”, “se han equivocado”.
- Rebeldía y/o ira, es la etapa en la que surgen todos los porqués. “¿Por qué a mi?”, se buscan culpables.
- Negociación, ante la dificultad de afrontar la realidad surge la necesidad de buscar un acuerdo para intentar superar situación, ejemplo: Cuidarse para sanarse.
- Depresión, por lo que implica la enfermedad. Cambio de vida, preocupación por el futuro.
- Aceptación, en esta etapa el adolescente y su familia se dan cuenta de que se puede seguir viviendo con esa condición y tener una buena calidad de vida.
En este proceso es importante la ayuda psicológica para el adolescente y la familia. Es necesario escucharlos y permitirles desahogarse hasta lograr la aceptación de su condición diabética.
El acompañamiento psicológico tendrá como objetivos:
- Lograr la empatía con el o la adolescente y permitirle expresar sus sentimientos, sin juzgarlo.
- Que él o ella pueda aceptar la enfermedad y tener información sobre la misma.
- Darle esperanza de que llevando un tratamiento adecuado y realizando ejercicios tendrá una buena calidad de vida.
- Que él o ella asuma el compromiso de llevar sus controles con la ayuda de la familia.
- Motivarlo (a) a realizar deportes o actividad física que le guste.
- Mejorar la comunicación con la familia.
- Favorecer la autonomía del o la adolescente.
- Formar grupo de apoyo de adolescentes diabéticos donde puedan compartir y apoyarse mutuamente.
El trabajo con la familia es fundamental. Lo primero es lograr la aceptación de la enfermedad, a través de escucha empática, facilitar la comunicación con el o la adolescente y favorecer su autonomía.
Pautas para facilitar la comunicación con hijo adolescente
- Escuche lo que dice su hijo o hija y déjale terminar lo que tiene que decir.
- Ser empático/a, sin criticar, juzgar o hacerle sentir culpable. Ej “Ya veo que estás enfadado/a y me parece normal, pero si no me gritas me enteraré mejor lo que está sucediendo. Cuando te calmes podemos seguir hablando”.
- Enséñele a buscar soluciones, razone con ellos sobre las ventajas e inconvenientes de cada alternativa.
- Dele importancia a lo que le dice.
- Enséñele a comunicar sus sentimientos, preguntándole cómo se siente.
- Controle sus impulsos, puede ocurrir que le cuente que ha hecho cosas que no le gustan. Ej.: Que comió algo que no debía. Evite los gritos, cálmese y luego hable con él o ella. De esta manera se formará en el o la joven un carácter resiliente que le permitirá afrontar la diabetes y seguir adelante. Luego converse con él o ella sobre las consecuencias.
- Acepte que ya no es un niño, evite criticarlo y avergonzarlo delante de los amigos. Respete su espacio personal.
Pautas que favorecen la autonomía en el adolescente:
- Entender que el hijo debe aprender a manejar la diabetes, como aprende otras tareas de su vida.
- Valorar sus opiniones y ayudarlo a buscar soluciones a las dificultades que pueda tener.
- Enseñarle que es capaz de hacer las tareas que su tratamiento requiere y que puede cuidar de sí mismo(a).
- Fomentar la comunicación sobre la enfermedad. Hablar sobre sus dudas o preocupaciones que le puedan surgir.
- Establecer reglas claras.
- Enseñar a valorar por sí mismo sus resultados y a que tome decisiones. Comprometerlo/a de forma gradual en el tratamiento en función de su edad y madurez.
- Felicitarle por las cosas que hace bien relacionadas con el tratamiento.
- Hacerle ver el lado positivo de las cosas ante un fracaso. Ej.: El valor de la glucosa no es una catástrofe sino una oportunidad de que ambos aprendan.
Lic. María Rosa CondePsicóloga
Comentarios
Publicar un comentario