La Neurooftalmología es un área dentro de la Oftalmología
que se ocupa de los problemas intracerebrales que afectan la visión, por
ejemplo: pérdida súbita de la visión de uno o ambos ojos, los trastornos visuales
que quedan como consecuencia de un ACV (derrame cerebral), la visión doble o diplopía,
la desviación de los ojos o ponerse “bizco” cuando la persona tuvo sus ojos
alineados hasta ese momento, las parálisis faciales o bien, la caída de unos o
ambos párpados, entre otras cosas. Los pacientes diabéticos no controlados o
los que debutan como tal, así como tener la presión alta o el colesterol y los triglicéridos
descontrolados, pueden dar estas señales de que el organismo no está marchando
bien, y paraliza uno o varios de los nervios que alimentan a los músculos que mueven
los ojos.
Todas las lesiones intracraneales, tales como tumores, aneurismas o parásitos,
producen manifestaciones en los ojos y en la visión, por lo que un examen neurooftalmológico
completo puede detectar a tiempo dichas enfermedades, amén de salvar la vida o
la visión de los pacientes.
Representa además una gran utilidad a otros médicos especialistas como
neurólogos, neurocirujanos y cardiólogos entre otros, que quieran complementar
un examen exhaustivo a sus pacientes.
Si se presenta dolor de cabeza, náuseas,
vómitos o zumbido en los oídos puede ser señal de un aumento en la presión
intracraneal, la cual aunque sólo afecta la visión en estadios avanzados, puede
indicar que hay una tumoración en la cabeza, y se detectaría y resolvería más
rápidamente al inicio de la situación, no así cuando el paciente ya pierde la
visión, pues la misma, en ocasiones no es recuperable. Esto es lo que se conoce
como atrofia óptica, pues las fibras del nervio óptico, a menos que se
descompriman rápidamente, mueren y esto es irreversible.
Finalmente, debemos considerar que
si una persona sufre un accidente
de cualquier índole, este hecho puede alterar entre otras cosas, las pupilas, y
ser un indicativo de que tiene sangre acumulada dentro del cerebro, y de no
drenarse, puede llevar al estado de coma o bien a la muerte. De la misma manera, este traumatismo
podría inflamar al nervio óptico y producir ceguera irreversible, por lo que un
temprano y cuidadoso Examen Neurooftalmológico puede preservar tanto la visión
como la vida del paciente, porque es un buen indicador de la localización de
las lesiones intracerebrales previo a un estudio de neuroimágen.
Dra. Katherine Rivera
Neurooftalmóloga
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